Viernes 13 de diciembre d4e 2019. A. 2ª Semana de Adviento
Lucía, mártir (304)
Is 48,17-19: ¡Si hubieras atendido a mis mandatos! Salmo 1: El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida. Mt 11,16-19: Tocamos la flauta y no bailaron.
Is. 48,17-19: Para el pueblo, el destierro es una prueba de Dios, para que conozca sus caminos, y ser fieles a Él. Todo pecado, nos priva de la divina. , símbolo de la lejanía de Dios. La infidelidad los lleva al destierro. Han dejado los mandamientos de Dios, considerándolos inútiles en su vida.
Mt 11,28-30: La parábola, dirigida al pueblo judío que ha negado la fe, se parece a un juego de niños, que no se ponen de acuerdo en sus juegos. Unos quieren jugar a una cosa, otros a otra.
El capricho y la terquedad de los niños en sus juegos, hace referencia al pueblo terco, que rechaza a Juan Bautista y a Jesús. “Vino Juan que no comía ni bebía y dicen está endemoniado” (v. 18). Viene el Hijo del Hombre, que come y bebe y dicen es un borracho y comilón, amigo de recaudadores de impuestos y pecadores (v. 19)
Jesús reprocha a los dirigentes del pueblo, que están sentados, muy cómodamente, se arrogan los derechos de Dios y del pueblo para que se ajusten a sus planes, que están lejos del camino dela salvación y del mismo Jesús.
Cuidado con nosotros cristianos de hoy, también podemos tomar esa actitud negativa, rechazar a Jesús y su mensaje, sin dejarnos transformar por la sabiduría que viene de él. Son sus obras de salvación las que avalan su mensaje. A nosotros nos toca descubrir a Jesús como el Camino, que guía nuestros pasos, como la luz que nos saca de la oscuridad, como la Verdad que nos conduce a la libertad.
¿Acogemos en nuestras vidas a Jesús como el Salvador que camina a nuestro lado?
Fr. Héctor Herrera, o.p