Miércoles 27 de Mayo de 2020. A. 7ª Semana de Pascua

Agustín de Canterbury (605)

Hch 20,28-38: Cuiden del rebaño. Salmo 67: Reyes de la tierra, canten a Dios. Jn 17,11b-19: Que sean uno, como nosotros.

Jn 17,11-19. Jesús ora “Padre, que sean uno como nosotros”, quiere la unidad de todos sus seguidores. Esa unidad como la de él, con su Padre, garantiza la fidelidad de los discípulos. Esto evitará la ruptura de nuestras comunidades, a veces se resquebrajan por las rivalidades y una espiritualidad egoísta. Jesús siente el gozo que proviene del Espíritu “Ahora voy hacia ti” (v.13)

Jesús pide a su Padre que nos santifique con la verdad, para continuar nuestra misión en el mundo, pese a las presiones, debemos tener bien claro, la fidelidad y autenticidad de vida como creyentes. Nuestra misión es proclamar, vivir y ejercer la verdad de Dios, frente a la mentira del mundo. Porque Jesús es la manifestación del Padre. Quien contempla y sigue a Jesús puede ver la gloria, la vida del Padre que lo llena (Jn 1,14) Jesús nos comunica la vida, para que nos amemos y comuniquemos vida, fe y alegría de servir. Una comunidad cristiana tiene que comunicar vida, experimentar, palpar que Dios trino es amor y que vive dentro de los que aman (Jn 14,23).

“El mundo” se centra en su propio egoísmo y corrupción, por eso rechaza la paternidad, el amor, el don de comunicar alegria y aplasta a cualquiera que proclama la vida, la justicia, la libertad, la verdad. Porque el maligno acusa y mata la Palabra de vida.

¿Cómo vivimos la experiencia de oración, de comunión, de amor, de entrega y de servicio a la misión para que otros tengan una vida nueva? ¿Nos dejamos guiar por el Espíritu para que vivamos el gozo de servir a los hermanos?

Fr. Héctor Herrera OP.

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