Viernes 24 de Julio de 2020. A. 16ª. Semana T.0.
Charbel Majluf (1898) Cristina, mártir (300)
Jer 3,14-17: Les daré pastores según mi corazón. Interleccional Jer 31: El Señor nos guardará como pastor a su rebaño. Mt 13,18-23: El que entiende la palabra, dará fruto.
Mt 13,18-23. Jesús es el sembrador, siembra los valores del reino. Sus oyentes son trabajadores varones y mujeres que acogen la Palabra de Dios. Saben lo que es labrar la tierra, a veces pedregosa, rocosa y poco fértil.
Me impactó una comunidad campesina, cuyas tierras eran pedregosas y rocosas, tenían sequía. Sólo vivían del producto de la tierra. Pero tenían una gran fe y confianza en el Dios de la vida. En tiempos de Jesús también los campesinos agricultores sabían de las dificultades de la semilla para crecer. Tenían poca cosecha y tenían que dar la mayor parte a los amos que vivían en las ciudades. También hoy nuestros campesinos, por medio de los acopiadores, que les pagan bajos precios, mientras ellos lucran en los mercados con el producto del sudor y lágrimas de los pobres.
Jesús nos explica la parábola del sembrador. Es Él quien siembra la semilla en el corazón, quien la acoge, la interioriza y cambia su vida, al estilo de Jesús.
El terreno pedregoso representa al corazón endurecido, se queda con devociones externas, sin amor y solidaridad hacia los pobres y enfermos. No cala, ni echa raíces en su corazón. Lo mismo lo que cae entre espinas, están más preocupados por sí mismos, por sus ganancias y riquezas, que ahogan la Palabra de Dios. No muestran compasión ni misericordia por la vida de los demás.
La semilla que cae en tierra buena, es el corazón abierto a Dios y al hermano, escucha y practica la Palabra de Dios, la hace crecer y madurar en su vida. La vive y practica en el corazón de la familia, administración privada o p pública, actuando con ética y honestidad frente a esta pandemia y salir con una nueva mentalidad de acuerdo al evangelio de la alegría de vivir.
Fr. Héctor Herrera op.
