DOMINGO 25 T.O. CICLO A. D.20.09.2020. Mt 20, 1-16

“ID TAMBIÉN VOSOTROS A MI VIÑA”

Mt. 20,1-16: Dios es el dueño de la viña, sale a buscar trabajadores para su viña. La viña es símbolo del pueblo de Dios, antes Israel (cf. Is 5,7; Sal 80,9s.15s). El nuevo pueblo de Dios, es la humanidad entera. Jesús es la vid y nosotros los sarmientos (Jn 15,5).

Su relación con nosotros es tierna y generosa. Nos llama a cualquier hora. Tenemos que estar atentos a su llamada para responder con generosidad. Los primeros trabajadores sienten envidia de la generosidad del dueño, pero han convenido en un mismo jornal. No es por tanto injusto. Con esta parábola Jesús echa por tierra el argumento legalista de los fariseos y de algunos hoy, que tienen una falsa imagen de Dios, creen que nos llama por nuestros méritos personales.

En nuestras comunidades cristianas, a veces sucede, no nos tratamos en igualdad de condiciones. Cuando unos se aferran a los cargos, no permiten que otros trabajen en el anuncio del evangelio de la vida. Olvidamos que Jesús nos exige un trabajo más profundo, cambio de corazón y de mentalidad para evaluar cómo somos constructores del reino de Dios: ¿Qué hacemos como comunidades cristianas para evangelizar el sistema económico, salud, educación que cree actitudes nuevas y positivas? ¿Cómo educamos en una cultura ética, de valores evangélicos que respete la vida, la dignidad y los derechos de todo ser humano? ¿Somos agradecidos con la llamada de Dios a realizar el trabajo como laicos, religiosas, os, sacerdotes para que la semilla del evangelio llegue al corazón de la familia y de nuestra sociedad?

Él quiere que tú te esfuerces capacitándote para servir mejor a tu nación. Que hagas bien las cosas de cada día. Y la luz de Cristo iluminará tu vida y comprenderás que unidos como hermanos podemos vencer al mal de la pandemia, al egoísmo y hacer que nazcan nuevos frutos de amor, justicia y reconciliación en nuestra sociedad.

¿Buscamos en nuestras familias, comunidades cristianas amarnos, confiar unos a otros para ser testigos de Jesús en el mundo? ¿Cómo están mi plan y proyecto personal: acorde al proyecto de Dios y de la misericordia o acorde a mis propios egoísmos?

(+) Fr. Héctor Herrera OP.

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