Miércoles 26 de mayo de 2021. Tiempo Ordinario, Año Impar, Semana No. 8
Eclesiástico 36,1-2a.5-6.13-19: Que sepan las naciones que no hay Dios fuera de ti
Salmo 78: Muéstranos, Señor la luz de tu misericordia.
Mc 10, 32-45: El Hijo del hombre será entregado
En aquel tiempo los discípulos iban de camino, subiendo hacia Jerusalén. Jesús … reunió otra vez a los Doce y se puso a anunciarles lo que le iba a suceder: Miren, estamos subiendo a Jerusalén: el Hijo del Hombre será entregado a los sumos sacerdotes y los letrados, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos, que se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y le darán muerte, y luego de tres días resucitará.
Los evangelistas no esconden la forma de ser y actuar de los discípulos, lo mucho que les costó entender la propuesta de Jesús. En la escena de hoy vemos con claridad el contraste. Mientras van de camino, Jesús les habla de lo que se le vendrá encima en Jerusalén, donde será entregado a muerte por su fidelidad al proyecto del Padre: El Reino. Por su parte, Santiago y Juan andan en búsqueda de los puestos prestigiosos: concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Ese es nuestro pecado original, buscar nuestros propios intereses. Jesús les responde con dureza, les acusa de necios. Les corrige el concepto que tienen de gloria, introduciéndolos por medio de la realidad del sufrimiento (beber la copa, recibir el bautismo) a un nuevo modo de ejercer la autoridad, pasando del autoritarismo a la diakonía, el servicio a los demás.
F/Editorial Claretiana