Mercurio: la amenaza que mata poco a poco a la población de la Amazonía
La contaminación por mercurio de los ríos de la Amazonía ha sido noticia en las últimas semanas, pero en realidad estamos hablando de un problema que viene de lejos. Además, la contaminación del agua es sólo la punta del iceberg de las consecuencias de la extracción ilegal de oro, que afecta a los pueblos tradicionales de diferentes maneras.
«Los problemas comienzan con la devastación de la selva, ahuyentando la caza, con la escasez de alimentos para las poblaciones tradicionales, también de plantas que se utilizan como medicinas, provoca un desequilibrio en el ecosistema local, cambia la población de mosquitos con un aumento de la malaria, incluso en sus variantes más letales, y otras enfermedades transmitidas por los mosquitos», dice Paulo Cesar Basta.
La llegada de trabajadores de fuera para trabajar en la minería provoca un desequilibrio en la organización social, según el investigador de la Fiocruz: «Los mineros cooptan a las comunidades, pagando dinero para mantener su presencia en el territorio, y cooptan a los jóvenes que dejan a sus familias y van en busca de dinero fácil», provocando falta de asistencia en las familias.
Estamos ante una realidad sin regulación ambiental, ni laboral, que acaba creando regímenes laborales análogos a la esclavitud. Junto a esto, está todo lo demás: alimentos enlatados de baja calidad, alcohol, drogas, redes de prostitución, violencia sexual contra mujeres y niños, propagación de enfermedades de transmisión sexual, una red de problemas asociados a la minería, insiste el epidemiólogo.
El mercurio se ha utilizado desde la antigüedad, una técnica sencilla y relativamente barata. Incluso en la minería mecanizada se sigue utilizando el mercurio. Cuanto más rudimentario, mayor es el despilfarro de mercurio, utilizándose entre dos y ocho kilos de mercurio por cada kilo de oro, que posteriormente se quema hasta convertirse en vapor, provocando neumonitis química y otras graves lesiones en distintas partes del cuerpo. El excedente de mercurio se vierte en el lecho del río sin ningún cuidado.
F/RELIGIÓN DIGITAL