El migrante merece ser acogido como persona, no por lo que puede dar
El Papa Francisco recuerda su «llamamiento a ‘pensar y generar un mundo abierto’, contra el cierre de la sacristía, que tantas veces tenemos», lanzado en la encíclica Fratelli tutti, en su discurso a los participantes en la conferencia formativa de la ‘Cátedra de la Acogida’, recibidos en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico. Y habla de la acogida como uno de los rasgos que deben caracterizar la idea de un «mundo abierto». Francisco se congratula con la Fraterna Domus -promotora de la Cátedra- por responder a su invitación a estar abiertos a los demás, a todos, sin distinción, y por los encuentros de formación organizados «para poder operar, para poder generar acogida», teniendo en cuenta rostros, historias y problemas concretos.
En su encíclica, Francisco señalaba que ‘el inmigrante es visto como un usurpador que no ofrece nada’, por lo que ‘se llega a pensar ingenuamente que los pobres son peligrosos o son inútiles y que los poderosos son generosos benefactores’ y reitera por el contrario que ‘sólo una cultura social y política que incorpore la acogida gratuita podrá tener futuro’. Asimismo, vuelve a insistir, «el aspecto de la gratuidad es esencial para generar fraternidad y amistad social».