Generosidad y solidaridad contra individualismo e indiferencia
El Santo Padre, mencionó las becas que la Fundación Papal destina a laicos, consagrados, seminaristas y sacerdotes de países en vías de desarrollo, lo que les permiten proseguir sus estudios en las Universidades Pontificias de Roma y proporcionan a quienes las reciben, remarcó, los medios para dar un testimonio más eficaz del Evangelio tanto en sus países de origen como en otros lugares.
El trabajo de esta Fundación, encuentra su fuente e inspiración en nuestra fe católica, dijo el Papa, que pide ser alimentada continuamente mediante la participación en la vida de la Iglesia, los Sacramentos y el tiempo pasado en silencio en presencia del Señor en oración y adoración. Les pidió continuar con la oración de adoración, que se ha descuidadoy que hay que retomarla: adorar, en silencio. La visita de la Fundación se produce durante el Año de la oración, mientras la Iglesia se prepara para celebrar el Jubileo de 2025.
Este fruto de la vida espiritual es importante para este noble compromiso, señaló por último, porque los programas de la Fundación Pontificia fomentan un vínculo espiritual y fraterno con personas de muchas culturas, lenguas y regiones diferentes que reciben asistencia. Su servicio es tanto más necesario en nuestro tiempo, marcado por el individualismo y la indiferencia, apuntó.