Sábado 5 de octubre de 2024. Vigésimosexta semana del Tiempo Ordinario – Año Par

Primera lectura del libro del Deuteronomio 8, 7-18

Salmo 1 Crón 29, 10bc. 11abc. 11d-12a. 12bcd R/. Tú eres Señor del universo.

Segunda lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 17-21

Mateo 7, 7-11: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá

“Bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado”

Estos primeros días del mes de octubre coinciden con la recolección de muchas cosechas. Es un momento para dar gracias a Dios por ello. Moisés recuerda al pueblo cómo el Señor le ha introducido una tierra bien fértil, con abundantes frutos.  “Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena”, que describe con los frutos que produce: “tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras, ganados, tierra e olivares y de miel… entonces comerás hasta hartarte, y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado”.  Y le recuerda también, que no se olvide nunca que es Dios el que le ha regalado esta generosa tierra…  “No te olvides del Señor tu Dios” con todos los beneficios que te ha otorgado “y no digas por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas”.

Este esquema de la actuación de Dios con su pueblo en el AT, es el mismo que emplea con nosotros los cristianos, ya en el Nuevo Testamento. Y nuestra postura ha de tener dos actitudes principalmente: en primer lugar, agradecer a Dios todos los bienes que nos ha dado, siendo el principal su Hijo Jesús como nuestro amigo. En segundo lugar, hemos de trabajar con esos dones en la dirección de vivir el evangelio y de extenderlo “por todo el mundo”, para que sus dones, su amistad, su salvación llegue a “toda la tierra”.

“Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá”

Ante estas palabras de Jesús, donde nos invita a pedir, buscar y llamar, sin olvidar las otras dos, nos solemos fijar principalmente en la primera: “Pedid y se os dará”, entre otros motivos porque tenemos conciencia de pedir algunas cosas al Señor que no nos concede.

Una cierta explicación es la siguiente: Jesús está dispuesto a concedernos todo lo que le pidamos si está en consonancia con su evangelio… pero no siempre nuestras peticiones van en esa línea.

Por otro lado, y para que nuestras peticiones no se queden en algo pasivo, Jesús nos invita a conjugar otros dos verbos bien activos. Nos invita a que no nos quedemos con los brazos cruzados, sino que busquemos y que hagamos el esfuerzo de poner todo lo que está de nuestra parte en buscar aquello que pedimos. En la misma línea está la actitud de llamar… debemos llamar para que se nos abran las puertas donde se encuentra lo pedido y deseado.

Hagamos caso, una vez más, a Jesús, nuestro Maestro, y pidámosle que nos ayude a conjugar siempre unidos estos tres verbos: pedir, buscar y llamar en relación con el evangelio.

F/ Dominicos.org 

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