Viernes 25 de abril del 2025. Semana de la Octava de Pascua
Primera lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 1-12
Salmo 117, 1-2 y 4. 22-24. 25-27a R/. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular
Juan 21, 1-14: Aquella noche no cogieron nada
Hacemos todo el bien que hacemos en nombre de Jesucristo Nazareno
El pasaje de la primera lectura nos presenta el diálogo de Pedro y Juan con las autoridades judías, que se muestran indignadas porque “enseñan al pueblo y anuncian la resurrección de los muertos por el poder de Jesús”. Y “los metieron en la cárcel hasta el día siguiente”. En estas circunstancias “unos cinco mil hombres abrazaron la fe”. Les preguntan “con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso”.
La respuesta de Pedro, impulsado por el Espíritu Santo, es patente: “Que quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos: por su nombre se presenta este sano ante vosotros… ningún otro puede salvar”.
Pensando en nosotros, cristianos del siglo XXI, conocemos bien las palabras de Jesús “sin mí no podéis hacer nada”. Somos conscientes de que todo lo bueno y evangélico que hacemos se lo debemos a Jesucristo Nazareno. Ya sabemos a quién tenemos que acudir para ser buenos cristianos.
Y aquella noche no cogieron nada
El pasaje de este evangelio nos relata una nueva aparición de Jesús a algunos de sus apóstoles. Simón Pedro va a pescar y sus compañeros le acompañan. “Y aquella noche no cogieron nada”. “Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús”. Y les mandó que “echasen la red a la derecha de la barca y encontrareis”. Y la pesca fue abundante. “La echaron y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces”.
Una vez más, y las veces que sean necesarias, como acabamos de comentar, nuestras propias fuerzas para seguir a Jesús y su evangelio no son suficientes. Siempre hemos de acudir a Él para que nos regale sus fuerzas, su energía y así poder vivir el evangelio.
F/ Dominicos.org