Un videojuego argentino propone salvar los océanos desde la política

En los pasillos de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, en la provincia de Buenos Aires, un grupo de estudiantes decidió transformar la preocupación ambiental en una herramienta interactiva para el cambio. Y una simple consigna académica terminó dando vida a un videojuego gratuito que hoy invita a reflexionar sobre el futuro de los océanos y el papel que juegan las decisiones políticas en su conservación.

Todo comenzó con un trabajo para la asignatura de Diseño Multimedial. Los docentes les propusieron desarrollar un producto digital que abordará una problemática social. La elección fue unánime: el cuidado del agua y de los océanos. Así nació Marea de Decisiones, un videojuego donde el usuario asume el rol de un gobernador de una ciudad costera y debe enfrentar desafíos reales: proteger el ambiente sin descuidar la economía, la salud y la felicidad de su comunidad.

Para los creadores, no bastaba con apelar a los gestos individuales. “Reciclar aporta mucho, pero las políticas públicas y las decisiones colectivas son las más importantes”, afirma Jazmín Underwood, una de las estudiantes que lideró el proyecto. Junto a sus cinco compañeros, investigaron durante meses informes oficiales, reportes de la ONU y noticias recientes sobre desastres ambientales para construir una experiencia de juego tan educativa como realista.

A lo largo de la partida, los jugadores deben decidir si aceptan o no distintos proyectos: instalar cables submarinos para internet, construir ferias con materiales reciclados o promover el turismo artístico. Cada decisión afecta indicadores como salud, economía, medioambiente y felicidad. Si uno cae a cero, se pierde la partida. Si se logra el equilibrio, el juego ofrece un análisis sobre el perfil de gobernanza del usuario.

Pero lo más sorprendente es cómo el videojuego refleja la actualidad argentina. En los últimos meses, las fuertes inundaciones en ciudades como Bahía Blanca y otras localidades bonaerenses revelaron una falta de infraestructura que también se plantea en el juego. Incluso, la reciente disolución del Instituto Nacional del Agua, en el marco del ajuste del Gobierno, aparece como telón de fondo para comprender por qué es vital hablar de políticas públicas y no solo de acciones individuales.

Con Marea de Decisiones, los estudiantes no buscan dramatizar ni presentar soluciones mágicas. Plantean el juego como una invitación a pensar en el equilibrio, en las tensiones reales de gobernar en un mundo en crisis climática, y en la necesidad urgente de formar ciudadanos y líderes con conciencia ambiental.

Más allá de la nota, de la calificación o del aula universitaria, sueñan con que el videojuego llegue a tomadores de decisiones, a docentes, a jóvenes inquietos que entiendan que cada acción cuenta, pero que las decisiones colectivas —esas que parecen lejanas— también empiezan con una pregunta sencilla: ¿qué pasaría si tuvieras que decidir tú?

Redacción Julio Mamani

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