Lunes 13 de octubre del 2025. Vigésimo octava semana del Tiempo Ordinario – Año Impar

Beata Magdalena Panatieri

Primera lectura: Comienzo de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1, 1-7

Salmo 97 R/. El Señor da a conocer su salvación

Lucas 11, 29-32: Aquí hay uno que es más que Jonás

Llamados a la conversión

El Evangelio de hoy es invitación a mirar a nuestra sociedad y sobre todo mirarnos a nosotros mismos para ver si nuestro corazón está abierto a la conversión o buscamos pruebas que nos “justifican” en la cerrazón interior ante la llamada a la conversión.

La dureza del corazón nos incapacita para reconocer la llamada de Dios en los acontecimientos, olvidando que la conversión no proviene de signos milagrosos, sino de un cambio del corazón.

En nuestras relaciones humanas cuando falta la confianza pedimos pruebas para creer lo que se nos dice. Pedimos que se nos demuestre con obras, con pruebas que fundamenten la credibilidad. Y dichas “pruebas” lo que demuestran es la falta de confianza.

El testimonio de la propia vida es el signo de la confianza. Por eso Jesús nos da el testimonio de su vida para que le creamos a Él, para que confiemos en Él.

Jesús en su infinito amor nos ofrece el signo de una vida nueva, la resurrección.

Ser creyentes es escuchar cada día la llamada de Jesús a la conversión para ser testigos vivientes de su estilo de vida. Es dar un testimonio de vida coherente, volcada en amor a los necesitados. Es estar pendientes de la voluntad del Padre, ayudar a vivir en la esperanza cierta de la resurrección, es resucitar cada día ilusión y esperanza, es humanizar la vida. Hacer comunidad que vive el Evangelio como signo en la sociedad, que hace creíble nuestra fe.

F/ Dominicos.org

 

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