Martes 13 de agosto de 2019. 19ª Semana T.0.
Mártires Claretianos de Barbastro (1936). Hipólito y Ponciano (235)
Dt 31,1-8: Josué, sé fuerte y valiente. Interleccional Dt 32: La porción del Señor fue su pueblo. Mt 18,1-5.10.12-14: Cuidado con despreciar a los Niños.
Mt 18,1-5.10.12-14: Los discípulos no comprenden como nosotros hoy, seguir a Jesús no es tener poder para dominar a los demás. Nos pone como ejemplo a un niño, que representa los pequeños, a los que no son tomados en cuenta, los sencillos, esos son los preferidos de Jesús. Convertirnos y hacer como niños es la misión de toda nuestra Iglesia. El Papa Francisco nos recuerda: “En cada niño, en el país en el que haya nacido está Cristo que nos mira, Cristo que ha venido a nuestro mundo como un niño indefenso”. “¡Los niños son el futuro!”. Muestra su preocupación: “por los niños y los jóvenes, que son obligados a huir a causa de guerra y violencia de sus países para salvar la vida”. “En sus ojos vemos la nostalgia de la paz” (9.5.2018).
¡Cuánto dolor siente la Iglesia, por los escándalos de algunos consagrados contra niños, adolescentes y jóvenes! El Papa Francisco en su carta dirigida a los sacerdotes, con motivo del 160 aniversario del Santo Cura de Ars, nos recordaba: “En estos últimos tiempos hemos podido oír con mayor claridad el grito, tantas veces silencioso y silenciado, de hermanos nuestros, víctimas de abuso de poder, conciencia y sexual por parte de ministros ordenados. Sin lugar a dudas es un tiempo de sufrimiento en la vida de las víctimas que padecieron las diferentes formas de abusos; también para sus familias y para todo el Pueblo de Dios. Como Ustedes saben estamos firmemente comprometidos con la puesta en marcha de las reformas necesarias para impulsar, desde la raíz, una cultura basada en el cuidado pastoral de manera tal que la cultura del abuso no encuentre espacio para desarrollarse y, menos aún, perpetuarse. No es tarea fácil y de corto plazo, reclama el compromiso de todos. Si en el pasado la omisión pudo transformarse en una forma de respuesta, hoy queremos que la conversión, la transparencia, la sinceridad y solidaridad con las víctimas se convierta en nuestro modo de hacer la historia y nos ayude a estar más atentos ante todo sufrimiento humano [4]. Este dolor no es indiferente tampoco a los presbíteros.
Sin negar y repudiar el daño causado por algunos hermanos nuestros sería injusto no reconocer a tantos sacerdotes que, de manera constante y honesta, entregan todo lo que son y tienen por el bien de los demás (cf. 2 Co 12,15) y llevan adelante una paternidad espiritual capaz de llorar con los que lloran; son innumerables los sacerdotes que hacen de su vida una obra de misericordia en regiones o situaciones tantas veces inhóspitas, alejadas o abandonadas incluso a riesgo de la propia vida. Reconozco y agradezco vuestro valiente y constante ejemplo que, en momentos de turbulencia, vergüenza y dolor, nos manifiesta que Ustedes siguen jugándose con alegría por el Evangelio [6]. Francisco a los párrocos 4.8.2019.
Educar y formar a nuestros niños y niñas, en nuestros hogares, en las escuelas, en la sociedad. Educarlos en sembrar en su corazón los valores del evangelio. Convertirnos a Dios y al pueblo, es exigirnos y exigir a todos los poderes del Estado velar por la positiva formación de niños y jóvenes. Misión que comienza en la familia como responsabilidad de todos.
Fr. Héctor Herrera OP.