Miércoles 13 de noviembre de 2019. C. 32ª Semana T.0.

Diego de Alcalá (1463)

Sab 6,1-11: Dios examinará sus intenciones. Salmo 81: Levántate, oh Dios, y juzga la tierra. Lc 17,11-19: Tu fe te ha salvado.

Lc 17,11-19: Jesús camino a Jerusalén atraviesa Galilea y Samaria. Al entrar a un pueblo le salen al encuentro diez leprosos, que le dicen como hoy los pobres: ¡Jesús ten compasión de nosotros! ¿Qué va a hacer Jesús, frente a las leyes religiosas tan rígidas, que dividen a la sociedad entre puros e impuros? ¿Cómo cambiar la mentalidad y la costumbre de una sociedad que discrimina al leproso? ¿Cómo nos habla hoy, cuando, a veces se margina y discrimina a los enfermos de sida?

Escucha a quienes le suplican “Maestro, ten compasión de nosotros” (Lc 17,13). Él se detiene, los mira con amor y ternura, los reintegra a la comunidad. Los envía a los sacerdotes para que los declaren sanos. Pero al verse sanados, sólo uno, un samaritano que era doblemente marginado por ser leproso y extranjero, vuelve a darle gracias.

Jesús alaba la actitud de este samaritano. Sólo uno había vuelto a dar gracias a Dios. Lo mismo puede sucedernos a nosotros, nos acordamos de Dios, cuando necesitamos de Él, pero al vernos sanos, tal vez no somos capaces de dar gracias a Dios.

La fe del seguidor, es ser agradecidos. El signo del reino de Dios es amar, valorar, agradecer y apreciar la vida. Estamos llamados a sanar las heridas, a querernos y ser agradecidos a Dios; ayudar a los demás a sanar las heridas físicas y morales. Porque la vida, la salud, la fuerza, la sabiduría, la gratitud viene de él y si sabemos inclinarnos como el samaritano con humildad y gratitud, estamos reconociendo la acción gratuita y misericordiosa de un Dios cercano que nos muestra un camino diferente. Y que tenemos que ayudarnos a sanarnos los unos a los otros. Esto es ser solidario.

Sólo un corazón agradecido y generoso reconoce a Dios tierno y un Padre que nos acompaña a lo largo del camino de nuestra vida. Acerquémonos con un corazón sincero y agradecido como los hijos, as que busca la fuente de la salud y de la vida. Él está con nosotros y nunca nos abandona, si somos fieles a Él. ¡Cuántas mujeres y varones jóvenes son voluntarios en el servicio a los enfermos! El Papa Francisco, nos recuerda: “El voluntariado comunica valores, comportamientos y estilos de vida que tienen en su centro el fermento de la donación. Así es como se realiza también la humanización de los cuidados. La dimensión de la gratuidad debería animar, sobre todo, las estructuras sanitarias católicas, porque es la lógica del Evangelio la que cualifica su labor, tanto en las zonas más avanzadas como en las más desfavorecidas del mundo. Las estructuras católicas están llamadas a expresar el sentido del don, de la gratuidad y de la solidaridad, en respuesta a la lógica del beneficio a toda costa, del dar para recibir, de la explotación que no mira a las personas.(Mensaje JM del enfermo 2019)

Todos estamos llamados a promover una cultura de gratitud y donación para superar la cultura del beneficio y del descarte.

Fr. Héctor Herrera, o.p.

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