Descubre el tesoro arqueológico: Gran Pajatén, la ciudad perdida de los Chachapoya en San Martín
La milenaria cultura Chachapoya nos legó impresionantes construcciones que se extienden más allá de la región de Amazonas, donde destaca la formidable ciudad fortificada de Kuélap. Sin embargo, a cientos de kilómetros al sureste de esta región se encuentra otro tesoro arqueológico igualmente asombroso: el Gran Pajatén, también conocido como la «Ciudad Perdida de los Chachapoya,» en la región de San Martín.
Ubicado en medio de los bosques húmedos y nubosos del Parque Nacional Río Abiseo, el Gran Pajatén se ha convertido en uno de los complejos arqueológicos más enigmáticos y fascinantes de la selva peruana. Esta joya arqueológica, a menudo llamada «El Dorado del Antisuyo,» se encuentra a una altitud de 2,895 metros sobre el nivel del mar, en la margen derecha del río Montecristo, en el distrito de Huicungo, provincia de Mariscal Cáceres.
Descubierto en 1963 por habitantes locales liderados por Carlos Tomás Torrealva, el Gran Pajatén abarca aproximadamente 20,000 metros cuadrados. En el momento de su hallazgo, estaba cubierto por densa vegetación y se mantenía en un sorprendente estado de conservación gracias a su ubicación remota y a la dificultad para acceder a la selva circundante.
Este sitio arqueológico, que data de hace más de 800 años, alberga una serie de edificaciones circulares similares a las de Kuélap. Estas estructuras están adornadas con mosaicos de roca pizarra que exhiben representaciones de aves y motivos geométricos humanos. Algunas de las estructuras muestran una impresionante decoración arquitectónica que incluye extensos mosaicos e incluso esculturas de madera, brindando un testimonio excepcional de las tradiciones artísticas de la antigua cultura Chachapoya.
El Gran Pajatén fue objeto de investigación por parte del destacado arqueólogo peruano y experto en la cultura Chachapoya, Federico Kauffmann Doig. Según sus estudios, el sitio pudo haber sido habitado mucho tiempo después de la conquista inca, ya que la estructura gubernamental que lo gobernaba desapareció gradualmente. El Parque Nacional Río Abiseo, que alberga el Gran Pajatén, fue declarado Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1992. Además, la Reserva de Biosfera Gran Pajatén, que abarca una vasta área de 2 millones 509,698.84 hectáreas en las regiones de Amazonas, La Libertad y San Martín, recibió el reconocimiento de la UNESCO en 2016. Estos reconocimientos tienen como objetivo preservar tanto la enigmática ciudad perdida como su entorno natural. A pesar de su valor histórico y cultural, el acceso al Gran Pajatén sigue siendo limitado para los turistas debido a la fragilidad de las estructuras y la necesidad de llevar a cabo trabajos de conservación y valorización. Se requieren estudios técnicos para garantizar la protección y el adecuado cuidado de este importante sitio arqueológico.