La paz está amenazada y el Año jubilar es necesario
El tradicional discurso del Papa al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede – a los embajadores que en la actualidad proceden de 184 países – representa una llamada de atención ante las coyunturas del mundo con sus desafíos y los caminos posibles a recorrer en favor de la humanidad. En esta ocasión, Francisco dedicó su reflexión a la paz, cada vez más amenazada, recordando que es tarea de la Santa Sede, en el seno de la comunidad internacional, ser una voz profética y una llamada a la conciencia.
Entre otros temas, se refirió a la inteligencia artificial, la migración, la maternidad subrogada y otros “nuevos derechos no del todo compatibles respecto a los definidos originalmente y no siempre aceptables”, la protección del patrimonio genético humano, el cambio climático, la educación, la libertad religiosa y las desigualdades, sin olvidar el próximo Jubileo.
El Papa Francisco afirmó que “hay una palabra que resuena en modo particular en las dos principales fiestas cristianas. La oímos en el canto de los ángeles que anunciaban en la noche el nacimiento del Salvador y la escuchamos en la voz de Jesús resucitado. Es la palabra ‘paz’. La paz es en primer lugar un don de Dios: es Él quien nos deja su, pero al mismo tiempo es nuestra responsabilidad”.