Anunciar el Evangelio es cuestión de fe, no de persuasión
El Papa precisó en su catequesis que hay dos elementos que caracterizan la predicación: el Evangelio, que es su contenido, y el Espíritu Santo, que es el medio. En cuanto al contenido, hay que recordar que la predicación de Jesús y la de los Apóstoles incluye también «todos los deberes morales que se desprenden del Evangelio, empezando por los Diez Mandamientos y terminando por el mandamiento “nuevo” del amor», pero es la obra de Cristo el corazón del anuncio, subrayó el Pontífice.
Si no queremos caer en el error denunciado por el apóstol Pablo de anteponer la ley a la gracia y las obras a la fe, si no queremos caer en esto, es necesario partir una y otra vez del anuncio de lo que Cristo ha hecho por nosotros.
«El centro de la actividad evangelizadora y de toda intención de renovación eclesial» debe ser el kerigma, «el primer anuncio», insistió Francisco, aquel del que «depende toda aplicación moral», que es también «el que siempre hay que volver a escuchar de modos diversos» y siempre anunciar.