Eliana no pudo ver a su hijo
Era la tarde del 8 de julio, cuando Eliana Flores llegó a la Clínica SANNA. Era una ingeniera que se convertiría en madre ese mismo día por primera vez.
A las 5 de la tarde, ya estaba sana y lista para dar a luz en un parto natural al que sería su primer hijo. A las 3 de la madrugada, Mateo ya había nacido.
Lo que parecía un parto como otros, pronto se convirtió en una pesadilla para su familia.
Jesús Flores, su padre hoy dice que fue culpa del personal de la Clínica, que fue porque fueron a atender a otra paciente, que dejaron la placenta dentro del útero de Eliana.
– Se olvidaron de sacarle la placenta. Cuando intentaron hacerlo, le desgarraron el útero y comenzó a desangrarse sin control.
En el momento en que Mateo empezó a vivir, la vida de su madre se apagaba, víctima de una cadena de negligencias médicas que la clínica no había previsto, dejando que, por más de 2 horas, su cuerpo perdiera cada vez más sangre.
Sin intervención quirúrgica. Sin transfusión sanguínea. Sin tan solo medicamentos para detener su hemorragia, porque no lo permitían. Sea por falta de sangre, o por procedimientos administrativos.
Cuando su corazón no pudo más, tuvo un paro cardio respiratorio, y recién entonces decidieron extirparle el útero, de emergencia.
Pero ¿dónde está la Unidad de Cuidados Intensivos, para ella? La clínica, simplemente, no tiene.
Eliana, agonizante, fue llevada a la Clínica Auna, pero al poco tiempo de llegar, su cuerpo cedió.
Ahora, su familia y sus amigos salen a las calles, exigiendo justicia por aquella mujer que entró con sus propios pies y llena de ilusiones a una clínica, esperando ver el rostro de su hijo, pero que fue arrebatada de la vida, sin poder lograrlo.
Redacción Andrea Ramos

