Miércoles 27 de enero 2021. Ciclo B. 3ra Semana T.O.

Hebreos 10,11-18: Ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados

Salmo 109: Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Marcos 4,1-20: Salió el sembrador a sembrar

Cristo aparece triunfante, sentado a la derecha de Dios. Ese “sentado” equivale a decir que su trabajo, su misión ha terminado. No necesita ofrecer muchas veces los mismos sacrificios, tal como debían hacer los sacerdotes de la Antigua Alianza. Él ha vencido a la muerte y por su cruz nos ha librado de nuestros pecados. De esa entrega definitiva surge la salvación para todos. Ya no es necesario repetir sacrificios para obtener la salvación. La eucaristía, renovación del único sacrificio, se convierte en el sacrificio definitivo que se revive cada día conmemorando su entrega. En ella recibimos su gracia salvadora.

Desde entonces la obra salvadora de Jesús puede traer salvación a todo ser humano que se acerca deseoso de recibir su gracia.

Es su misma persona la que nos trae la salvación. Buscarla por otros caminos es perderse en la noche. Confiar en su sacrificio en la cruz es manifestar nuestra fe en quien nos ha marcado el único camino para llegar a Dios. Ya no hay otro. Solo su persona es garantía de salvación.

F/ Dominicos.org

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