Jueves 19 de octubre 2023. Vigésimo octava semana del Tiempo Ordinario – Año Impar

San Ignacio de Antioquía

Primera lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (1,16-25)

Salmo de hoy 18,2-3.4-5 R/. El cielo proclama la gloria de Dios

Lucas 11,37-41: El evangelio es fuerza de salvación para todo el que cree

En el texto de hoy, Pablo quiere despertar la conciencia de los paganos sobre la necesidad que tienen del amor de Dios. Él insiste en darnos a conocer que el orden y la belleza de la creación levanta la mente al Creador. Por eso no tienen disculpa de no conocer a Dios. Ellos se creen muy sabios y sin embargo “su mente insensata se sumergió en tinieblas”.  Cuando no buscamos la salvación en Dios, se la pedimos a cualquier cosa: a un viaje, a una novia, a un aprobado, a un amigo… y acabamos idolatrando y entregándonos a los placeres ilícitos, creyendo que eso nos va a llenar la vida. Pero el mensaje de Pablo es de esperanza: una vez descubierta nuestra necesidad de Dios, podemos abrirnos a la gracia y experimentar así la salvación.

Dad limosna de lo de dentro y lo tendréis todo limpio

Continuamos con el evangelista San Lucas, que hoy nos sitúa en casa de un fariseo. Jesús no solo come con publicanos, también busca la salvación de los fariseos.  Él conoce bien las normas judías de las abluciones antes de comer y, sin embargo, es libre para sentarse en la mesa sin utilizar esos ritos vacíos. Como buen Maestro, quiere darnos una lección con su ejemplo: la purificación que conecta con Dios es interior.

El fariseo que invita a Jesús no parece que lo haya hecho por amistad. Más bien por su actitud de observador. La tentación de fijarnos en lo visible y emitir un juicio es algo habitual de la vanidad, por eso Jesús le reprocha por llenar su corazón con mentiras y maldades. “Lo esencial es invisible a los ojos”. Dar limosna de lo de “dentro” es una expresión difícil de entender. Debemos purificar continuamente nuestra intención diciendo: “Por ti, Señor, porque te quiero” y así se irá cumpliendo en nosotros la Bienaventuranza que dice “Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”.

F/ Dominicos.org

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