“En unión y en familia, todo lo podemos”
Entrevista al ingeniero Ismael Samos, padre de un niño con cardiopatía congénita
Más allá de la política, hay historias personales que merecen ser contadas. En esta ocasión, conversamos con el ingeniero Ismael Samos, precandidato a la alcaldía provincial de Arequipa, quien nos compartió una faceta poco conocida de su vida, la de ser padre de un niño con una cardiopatía congénita compleja. A través de su experiencia, nos habla de lucha, fe, familia y del compromiso que nace desde el dolor para transformar también la mirada sobre el servicio público.
¿Cómo es ser un papá que compagina la vida familiar con las responsabilidades políticas?
Es un gran desafío. Tengo dos hijos, uno de 14 años y otro de 6. Mi hijo menor fue diagnosticado, a la semana de nacido, con una cardiopatía congénita compleja. Recibir esa noticia fue devastador. A mi esposa y a mí se nos vino el mundo abajo. Pero decidimos luchar, aferrarnos a Dios y seguir adelante. Esa experiencia cambió mi vida y nos volvió más fuertes como familia.
¿Cómo enfrentaron la noticia del diagnóstico?
Fue como un balde de agua fría. Nos dijeron que no tenía mucha expectativa de vida, pero decidimos luchar contra todo pronóstico. A los 11 meses, mi hijo fue operado por primera vez en Lima. Hoy tiene una vida normal dentro de sus limitaciones: va al colegio, juega fútbol y hace deporte. Pero llegar a este punto no fue fácil. Tuvimos que batallar con un sistema de salud lento y burocrático.
¿Su hijo cuenta con alguna ayuda del Estado?
No, lo atendemos con un seguro y gracias al Instituto Nacional Cardiovascular en Lima. Aún estamos esperando la fecha para su segunda operación, llamada Fontan. Ya ha pasado por varios exámenes. Lo más duro es saber que hay muchos padres que vienen de provincias alejadas, sin recursos, sin hospedaje, y enfrentan lo mismo o peor. Por eso formo parte de comunidades como Amigos del Corazón Arequipa, Lima y Provincias. Ahí se ve lo frágil que es nuestro sistema para atender a niños con enfermedades del corazón.
Si llega a ser alcalde, ¿impulsaría políticas para apoyar a estas familias?
Definitivamente. Cuando fui gerente de Desarrollo Social, conocí a la organización “Valientes Leoncitos Oncológicos del Sur”. Ellos también luchan por sus hijos, y comprendí su dolor porque pasé por lo mismo. Les dimos espacios en ferias municipales para que puedan vender productos y difundir su causa. A nivel personal, también apoyamos hospedando a algunas familias o dándoles alimentos. Es algo que hacemos desde el corazón, y desde un cargo público se puede hacer aún más.
¿Qué mensaje les daría a otros padres que están atravesando una situación similar?
A todos esos papás les digo que no se rindan. Sé que es difícil, pero cuando uno se mantiene unido con su familia, todo se supera. Mi hijo es testimonio de eso. A veces creemos que no vamos a poder, pero la vida da giros. Sean fuertes, crean en Dios, busquen ayuda, hablen con otros padres. Esa red de apoyo es vital.
¿Y cómo es su rutina diaria como padre y político?
Es cuestión de organización. Mis hijos entran al colegio a las 7:15 a.m. y salen a las 4:15 p.m. En ese tiempo aprovecho para hacer mis actividades. Siempre intento recogerlos yo mismo, compartir con ellos. Mi hijo menor necesita más atención, y tengo un apego especial con él. Los fines de semana los llevo a las actividades que tengo. Es una forma de estar juntos y que entiendan lo que hace su papá.
¿Qué reflexión final le deja esta experiencia?
Me ha hecho más empático, más consciente del dolor de otras familias. Esta experiencia me marcó y me impulsa a seguir trabajando, no solo por mi hijo, sino por todos esos niños y padres que también están luchando. Estoy convencido de que, en unión y en familia, todo se puede.
Agradecemos al ingeniero Ismael Samos por abrirnos las puertas de su historia y mostrarnos que detrás de todo liderazgo, hay una historia personal que también transforma el servicio público.
Redacción Marisol Ciñane

