Viernes 04 de Octubre de 2019. C. 26ª Semana T.0.

Francisco de Asís (1226)

Bar 1,15-22: Pecamos contra el Señor. Salmo 78: Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre. Lc 10,13-16: ¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida!

Francisco de Asís, patrono de la ecología, cuyo nombre lo toma nuestro Papa Francisco, tienen un profundo parecido en cantarle, proteger, alabar y bendecir a Dios, en el famoso canto a la creación: – «Alabado seas, mi Señor». Por eso hay una relación entre la carta Laudato Si, o el cuidado de la creación, para que todos creyentes y no creyentes, tomemos medidas urgentes y necesarios en el cuidado de la creación. Nuestra tierra, el sol, el aire, el agua, el viento, son obra de Dios.

  1. Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y sufre dolores de parto» (Rm 8,22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura.

Francisco es el evangelio viviente, porque vivió el desprendimiento total como el Maestro Jesús. Sufrió en carne propia la pasión de Cristo. Se identificó desde el beso al leproso, como el Hermano universal. Aprendió a servir como Jesús y renovar el corazón de la Iglesia, con su ejemplo y testimonio de vida.

Del 6 al 27.10.2019 se celebra el Sínodo Panamazónico. Muchos, aún dentro de la Iglesia, se oponen como los que presiden los gobiernos, contrarios a la defensa, cuidado y protección de la Amazonía que Dios ha puesto para el bien común de la humanidad. Con la humildad de Francisco y su entera confianza en Dios, ponemos en sus manos ese nuevo camino de una Iglesia que profundiza su compromiso con los desheredados de este mundo.

Nuestro Papa Francisco nos recuerda: “Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza” (L. Sí 244). Cuidemos nuestra casa común: la creación, como lo hizo el Padre de la ecología San Francisco: “En el corazón de este mundo sigue presente el Señor de la vida que nos ama tanto. Él no nos abandona, no nos deja solos, porque se ha unido definitivamente a nuestra tierra, y su amor siempre nos lleva a encontrar nuevos caminos. Alabado sea” (L. Sí 245)

Que reconstruyamos la Iglesia de Jesús, volviendo a las fuentes del evangelio, con una seria conversión, que se manifiesta en el amor, respeto y cuidado de la creación teniendo como fin principal la persona, imagen y semejanza de Dios.

Fr. Héctor Herrera, O.P.

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