Bolivia, entre la deforestación y la degradación de suelos
Aunque los incendios de la Amazonía brasileña llenaron las portadas de los diarios de todo el mundo hace unos meses, la atención mediática también se centró en su país vecino. «La tala y los incendios en Bolivia y Brasil pueden ser recurrentes, creando bosques altamente degradados”, alertó Natalia Calderón, directora de la Fundación Amigos de la Naturaleza de Bolivia en un evento llevado a cabo este jueves (05.12) en el marco de la cumbre del clima (COP25) que se está celebrando en Madrid hasta el próximo 13 de diciembre.
«Los incendios son una de las mayores amenazas en Bolivia, cada año se queman 3,5 millones de hectáreas”, agregó Verónica Ibarnegaray, directora de Proyectos de Conservación de dicha organización.
«Históricamente hay picos durante los años de sequía”, explicó Ibarnegaray, recordando que en 2010 se produjo el mayor, con 10 millones de hectáreas quemadas a nivel nacional. No obstante, «2019 marca un cambio en la tendencia” de un suceso que «cada año es más desafiante”. «De enero a noviembre se han quemado 6,4 millones de hectáreas”, detalló.
De estas, 1,4 millones corresponden al bosque de la Chiquitanía. «Cumple un rol fundamental para las funciones ambientales en esta parte del departamento de Santa Cruz, que es hasta donde se está expandiendo la frontera agrícola, está entrando la minería y además es donde ha habido más afectación por incendios forestales este año”, dijo a DW Calderón.
Preocupada por la situación de este ecosistema endémico, explicó que «las autoridades están trabajando en un plan de restauración”. No obstante, consideró que esta medida «no es suficiente”.
Por otro lado, los datos recopilados por la organización boliviana indican que más de 2,2 millones de hectáreas quemadas se ubican en áreas protegidas, mientras que más de 1,2 millones de hectáreas se encuentran en territorios de pueblos indígenas.
Diferentes causas de deforestación
La organización, que ha desarrollado proyectos piloto de monitoreo de deforestación y degradación en la región, observa diferencias del mismo problema en distintos países. «La deforestación está aumentando en todos los países amazónicos, principalmente por ganadería en lo que denominamos el Arco Sur, Bolivia y Brasil, y en el caso del Arco Norte, por minería ilegal. Si bien las tendencias son similares, los actores son diferentes”, explicó. «En Ecuador hay un bajo impacto de la tala” algo que es «diferente en Perú y Brasil”, dijo.
Para Calderón, la Amazonía no debe ser un asunto de cada Estado. «Queremos que sea tratada como un solo organismo. Estamos cooperando con temas metodológicos para ver la Amazonía con la misma mirada y que la deforestación de Bolivia sea equivalente a la deforestación en Brasil”, dijo. No obstante, Carmen Josse, Directora Científica de Ecociencia, reconoció que es un «asunto muy complejo” ya que hay «diferentes tipos de regulaciones”.
Además de los incendios forestales, la Amazonía tiene que hacer frente a la degradación y el cambio de uso de la tierra. En el caso de Bolivia, «el 78 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono se generan por cambio de uso del suelo por agricultura e incendios”, dijo.
«Siempre se ha hablado de la degradación como un problema oculto, que no se puede cuantificar”; no obstante «las emisiones generadas por la degradación, equivalen a un 77 por ciento de las emisiones generadas por la deforestación. La degradación es casi tan importante como la deforestación y no está tomada en cuenta”, remarcó.
No obstante, criticó que «muy pocos países están incluyendo la degradación en sus escenarios”. «En países como Bolivia, el tema del fuego está ausente de la contribución boliviana, esto es ilógico porque es un país que tiene incendios todos los años y tiene que tener medidas y movilizar recursos financieros y también políticas para cambiar ese tema. La degradación debe ser parte de la contribución (climática) boliviana”, aseguró.
Calderón apuntó que «no hay una única solución para este problema”. Entre las «muchas soluciones que los países pueden incluir en sus planes de contribución climáticos,” enumeró la reforestación, la gestión de incendios y la restauración.
Fuente: https://www.dw.com/