Jueves 17 de junio de 2021. Tiempo Ordinario, Año Impar, Semana No. 11
Gregorio Barbarigo (1687)
Avito (530)
2Cor 11, 1-11: Gratis les anuncié el Evangelio
Salmo 110: Justicia y verdad son las obras de tus manos, Señor
Mt 6, 7-15: Ustedes oren así
El rezo del Padre Nuestro brota del sermón de la montaña. Es el rezo del código del Reino. Jesús nos advierte que Dios conoce de antemano lo que necesitamos. No tenemos que hacer de nuestros rezos una información a Dios de lo que nos pasa. Rezamos para abrir el corazón a la invasión de Dios. Nos enseña a rezar como Él rezaba. Lo primero de todo es dar a Dios un nombre nuevo que sea tierno y cariñoso: el Padre del Cielo, la Madre del cielo. Lo primero al rezar es experimentar ese nombre bello que nos revela Jesús, como el infinitamente cercano, el Abba cariñoso. Luego nos enseña a rezar comunitariamente. Con un “nosotros” permanente. Padre “nuestro”, el pan “nuestro”, las ofensas “nuestras”, etc. Nos enseña a rezar por la causa que está viva y presente en el mundo, por su agenda de trabajo, por su causa que es el reinado de Dios por encima del rezo egoísta de nuestras pequeñas necesidades. ¿De verdad nuestros rezos se parecen al rezo del Padre Nuestro?
F/Editorial Claretiana