Miércoles 05 octubre 2022. Vigésimo séptima semana del Tiempo Ordinario

Lectura del libro del Deuteronomio 8, 7-18
Sal 1 Crón 29, 10bc. 11abc. 11d-12a. 12bcd R/. Tú eres Señor del universo.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 17-21
Mateo 7, 7-11: Pedir, buscar, y llamar
Ciertamente nuestra sociedad ha ido evolucionando. De una sociedad principalmente agrícola hemos pasado a una sociedad donde la industria, en muchos lugares, ocupa un puesto importante. De todas las maneras, es claro que en todas las naciones seguimos alimentándonos y disfrutando de los frutos del campo.
Esta fiesta de las témporas de acción de gracias está colocada a primeros de octubre, un tiempo donde se recogen las cosechas y se preparan las del próximo año. Es un

buen momento

para dar gracias a Dios por esos frutos del campo. Y para recordarnos una gran verdad: nuestra vida depende de Dios. Para empezar, no somos nosotros quien nos hemos dado la vida, ha sido él quien nos la ha regalado. Es él el que nos regalado la tierra, de donde podemos obtener los diversos frutos. La primera lectura nos insiste en que no podemos olvidar al dador de todo lo que disfrutamos y creernos que somos nosotros los únicos artífices de lo que vamos consiguiendo. “No digas; por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas. Acuérdate del Señor tu Dios: que es él quien te da la fuerza para crearte estas riquezas”.

Pedir, buscar, y llamar
A nosotros, como nos dice el evangelio de hoy, nos toca conjugar en primera persona tres verbos muy importantes: pedir, llamar y buscar. Nos toca pedir para que el Señor nos dé lo pedido. Nos toca buscar, siempre en la línea de la buena noticia, para que el Señor nos haga encontrar lo buscado. Nos toca llamar para que el Señor nos abra… nos abra a todos los regalos que él está dispuesto a ofrecernos. Jesús nos asegura que nuestro Padre Dios siempre está al acecho para darnos “cosas buenas a los que le piden”.
Es claro que esa fiesta es una buena oportunidad para dar gracias a nuestro Dios por todos los regalos que nos hace continuamente.

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