“Se trata de garantizar que los tesoros artísticos de las colecciones vaticanas, en los que se refleja la inmensa diversidad de culturas, tradiciones y expresiones creativas que enriquecen el mundo, puedan seguir ‘inspirando, elevando y revelando’ las esperanzas y aspiraciones más profundas del corazón humano”
Según Francisco, un recordatorio de la responsabilidad colectiva que cada generación tiene por la custodia y el «patrimonio inestimable que se nos ha confiado». Además de las importantes obras de restauración llevadas a cabo en las últimas cuatro décadas, como los frescos de las Salas de Rafael, la Galería de los Mapas, la Capilla Paulina, la Galería de los Candelabros o el Patio de la Piña, el Santo Padre hizo una mención especial a las intervenciones llevadas a cabo durante los últimos años de encierro durante la pandemia