Portadores de paz y esperanza

El Papa León saluda a algunas consagradas en el Aula Pablo VIObservando la “profunda necesidad de esperanza y paz que habita en el corazón de cada hombre y mujer de nuestro tiempo”, el Obispo de Roma señaló la tarea de las consagradas y consagrados, que “quieren ser portadores y testigos de ello con su vida, como divulgadores de la concordia a través de la palabra y el ejemplo, y antes aún como personas que llevan en sí mismas, por la gracia de Dios, la huella de la reconciliación y la unidad.

Solo así podrán ser, en los diversos ambientes en los que viven y trabajan, constructores de puentes y difusores de una cultura del encuentro en el diálogo, en el conocimiento recíproco, en el respeto por las diferencias, con esa fe que les hace reconocer en cada ser humano un único rostro sagrado y maravilloso: el de Cristo.

El Santo Padre recordó además  los momentos de intercambio, de fraternidad y de testimonio en torno a temas importantes, como el compromiso por construir una fraternidad universal, la atención a las personas más pobres y el cuidado de la creación, abordados ayer en algunas plazas de Roma, definiéndolos como ”puntos focales” que hablan de su esfuerzo constante por establecer y promover ambientes y estructuras de fraternidad, donde se venza la pobreza, se ponga en el centro la dignidad de la persona humana y se escuche el clamor de la ‘casa común’. De ahí su aliento para que sigan siendo “guardianes y promotores de esta gran tradición, por el bien de los hermanos”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *