Viernes 10 de Julio de 2020. A. 14ª Semana T.0.
Cristóbal, mártir (s. III)
Os 14,2-10: Israel florecerá. Salmo 50: Mi boca proclamará tu alabanza, Señor. Mt 10,16-23: El Espíritu hablará por ustedes.
Mt 10,16-23 “Miren, yo los envío como ovejas en medio de lobos: sean astutos como serpientes y sencillos como palomas” (v.16). El verdadero seguidor de Jesús, pone toda su confianza en Dios, frente a las persecuciones, por causa de Jesús.
Es el Espíritu de Dios que sigue animando el testimonio y la vida de nuestros hermanos, ubicados en zonas de misión y de alto riesgo para sus vidas, el que nos sigue animando a ser testigos de la vida.
“El ideal cristiano siempre invitará a superar la sospecha, la desconfianza permanente, el temor a ser invadidos, las actitudes defensivas que nos impone el mundo actual. Muchos tratan de escapar de los demás hacia la privacidad cómoda o hacia el reducido círculo de los más íntimos, y renuncian al realismo de la dimensión social del Evangelio. Porque, así como algunos quisieran un Cristo puramente espiritual, sin carne y sin cruz, también se pretenden relaciones interpersonales sólo mediadas por aparatos sofisticados, por pantallas y sistemas que se puedan encender y apagar a voluntad. Mientras tanto, el Evangelio nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo. La verdadera fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de sí, de la pertenencia a la comunidad, del servicio, de la reconciliación con la carne de los otros. El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura” (E.G. 88)
Oremos por todos los cristianos perseguidos en distintas partes del mundo.
Fr. Héctor Herrera op.