Jueves 10 de diciembre de 2020. II semana de Adviento
Ntra. Sra. de Loreto, Eulalia de Mérida
Is 41,13-20: Dios promete la liberación a Israel
Salmo 144: El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad
Mt 11,11-15: No ha surgido aún alguien mayor que Juan el Bautista.
Isaías 41,13-20, nos presenta a un Dios tierno que nos lleva de la mano y que nos dice No temas. Yo soy el Santo que te convertirá el desierto en campos verdes. “Los pobres e indigentes buscan agua y no la hay, su lengua está reseca de sed. Yo el Señor no los abandonaré” (Is 41,17). Él nos da la fuerza para que miremos con esperanza, proyección y visión de futuro de convertir el desierto y el arenal en fuentes de agua. Ciertamente hoy, se trata de redefinir el progreso. “Un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior no puede considerarse progreso” (L.S. 194). Todos esperamos justicia, libertad, paz, trabajo, educación, salud. La novedad de una vida digna.
Sorpresa, novedad, alegría de que algo nuevo va naciendo, es lo que nos anuncia Jesús en Mt 11,11.15. Él nos presenta a la gran figura del adviento, Juan Bautista a quien alaba, que entre los nacidos de mujer no hay nadie tan grande. Juan precedió, anuncio a Jesús, por eso nos habla de preparar el camino, sin embargo, fue rechazado por los poderosos de su tiempo.
Los violentos que no aceptan a Dios lo mataron. Y harán lo mismo con Jesús, porque Él como Juan no se presentan como los Mesías que van a solucionar los problemas, como algunos políticos creen que hablan y prometen mucho, sin planes transparentes y concretos, que beneficien a los pobres, sino al contrario se agudiza la inseguridad ciudadana, la violencia, el sicariato y la corrupción. Frente a esto Jesús nos dice acoger el reino de Dios es de los sencillos, cuando estos se organizan para proteger la vida, el agua, sus bosques, la tierra. Dios quiere la vida, la dignidad de sus hijos, protegiendo la creación, tomando las medidas en serio, invertir cuidando la creación, mirando al futuro con una conciencia ética y responsable. ¿Acogemos esta vida de Dios en nuestro corazón o rechazamos ese mensaje de amor y de libertad?
(+) Fr. Héctor Herrera op.

