No a la precariedad y al trabajo en negro
Francisco hace tres llamamientos y dice «no al trabajo en negro», «no al abuso del trabajo precario» y «sí al trabajo digno». El trabajo no declarado, de hecho, «no permite a las familias cotizar y acceder al sistema de pensiones», además, explica el Papa, «distorsiona el mercado laboral y expone a los trabajadores a formas de explotación e injusticia». En cuanto a la precariedad, Francisco recomienda que sea «transitoria», porque si se prolonga genera «desconfianza, favorece el aplazamiento de las opciones de vida de los jóvenes, aleja la entrada en el sistema de seguridad social y hace aumentar la no natalidad». Por último, el trabajo debe ser «siempre ‘libre, creativo, participativo y solidario'», añadió Francisco, citando la Evangelii gaudium.
La previsión social es una forma de participación en el propio bienestar y en el de los demás. Reservar recursos económicos y garantizar el acceso a la asistencia sanitaria son bienes preciosos que pueden mantener unidas las distintas estaciones de la vida.
Necesitamos políticos sabios, guiados por el criterio de la fraternidad y que sepan discernir entre estación y estación, evitando malgastar los recursos cuando existen y dejar a las generaciones futuras en una situación desesperada.
Concluyendo su discurso, Francisco agradeció a los directores del INPS su servicio «en apoyo de los trabajadores y trabajadoras», dirigido también a «garantizar la asistencia a los desempleados y en favor de los enfermos, heridos o ancianos». El deseo del Papa es que sigan «haciendo concretamente posible el derecho a la jubilación, y que crezca «en el tejido italiano la cultura del bien común, de la previsión y de la sostenibilidad, que para ser económica debe ser también social».

