No a los prejuicios y rigorismos
Se trata de un tema «siempre actual», afirma el Pontífice, que concierne a la pastoral familiar «inspirada en la misericordia hacia los fieles que se encuentran en situaciones problemáticas». Esta misericordia, tan subrayada en la exhortación Amoris laetitia, «no disminuye nuestro compromiso en la búsqueda de la justicia respecto a las causas de nulidad. Al contrario, precisamente a la luz de la misericordia, de la misericordia hacia las personas y sus conciencias, es importante el discernimiento judicial sobre la nulidad», subraya el Papa.
La abolición del requisito de una doble sentencia conforme en los casos de nulidad, la introducción del proceso más breve ante el obispo diocesano, así como el esfuerzo por agilizar y hacer más accesible el trabajo de los tribunales, no deben ser malinterpretados y nunca debe disminuir la exigencia de servir a los fieles con un ministerio que les ayude a comprender la verdad sobre su matrimonio.
La abolición del requisito de una doble sentencia conforme en los casos de nulidad, la introducción del proceso más breve ante el obispo diocesano, así como el esfuerzo por agilizar y hacer más accesible el trabajo de los tribunales, no deben ser malinterpretados y nunca debe disminuir la exigencia de servir a los fieles con un ministerio que les ayude a comprender la verdad sobre su matrimonio.
Es esencial invocar al Espíritu Santo y comprometerse «a emplear todos los medios humanos para llegar a la verdad». Es importante, por tanto, que «la investigación previa se realice con cuidado», recomienda el Papa, «para no incurrir en un juicio apresurado y apriorístico», del mismo modo que es necesario que «el juez cultive su propia formación permanente a través del estudio de la jurisprudencia y de la doctrina jurídica».