El corazón de Fiducia Supplicans es la acogida, la bendición no se niega a nadie
El Papa Francisco vuelve a la cuestión de las bendiciones para las parejas homosexuales: «Nadie se escandaliza si doy la bendición a un empresario que explota a la gente, mientras que se escandalizan si se la doy a un homosexual». El Pontífice también alienta una mayor presencia femenina en la Iglesia: «La ministerialidad no es lo más importante. Habrá nuevos nombramientos de mujeres en la Curia».
El Papa Francisco vuelve a la cuestión de las bendiciones – que han generado diversas reacciones y polémicas – y repite lo que ya se mencionó en la audiencia al Dicasterio para la Doctrina de la Fe que redactó la declaración: «No bendigo un ‘matrimonio homosexual’, bendigo a dos personas que se aman y les pido también que recen por mí», explica El Pontífice en la conversación con el director Don Vincenzo Vitale. “Siempre en las confesiones, cuando llegan estas situaciones, personas homosexuales, personas casadas nuevamente, siempre rezo y bendigo. La bendición no se le debe negar a nadie. Todos, todos, todos. Atención, hablo de personas: las que son capaces de recibir el Bautismo».
“Los pecados más graves – añade el Papa – son aquellos que se disfrazan con una apariencia más ‘angelical’. Nadie se escandaliza si doy mi bendición a un empresario que quizás explota a la gente: y esto es un pecado gravísimo. Mientras se escandaliza si se lo doy a un homosexual…. ¡Esto es hipocresía! Todos debemos respetarnos unos a otros. ¡Todos! El corazón del documento es la acogida».