La electricidad como infraestructura esencial para el desarrollo de las comunidades
El Papa Francisco se centró luego en el papel de la electricidad como infraestructura esencial para el desarrollo de las comunidades, especialmente las más pobres: «Aquellas torres y postes que transportaban la electricidad al campo fueron recibidos con aplausos, como se recibe un gran regalo».
El recuerdo del Santo Padre se dirigió «a las historias de nuestros abuelos que eran agricultores, al día en que apretaron el primer interruptor y de repente todo en la casa se iluminó». Muchos, esa tarde, «dijeron una oración para agradecer por ese ‘milagro’ que mejoró sus vidas, que permitió a sus hijos estudiar mejor y a todos bañarse con agua caliente».
“Incluso hoy en día, en algunos pueblos de África y Asia, incluso en América Latina, se pueden ver grupos de jóvenes estudiando por las noches bajo las pocas farolas, porque no tienen electricidad en casa. No es casualidad que, durante las guerras, las primeras infraestructuras afectadas en las ciudades sean las eléctricas, porque esto afecta directamente a la vida de las familias y socava la moral de las personas”.
Finalmente, el Papa remarcó que el trabajo es «amor social, fraternidad civil» y que «en producir y distribuir energía» se utiliza «inteligencia», «alma», «corazón»: «ustedes ponen (…) su amor». Deberíamos recordarlo más y, por lo tanto, agradecer más».