Miércoles 15 de enero de 2020. A. 1a Semana T.0.

Pablo (342)

1Sm 3,1-10.19-20: Habla, tu siervo escucha. Salmo 39: Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad. Mc 1,29-39: Sanó a enfermos de diversas dolencias.

Mc 1,29-39: Jesús es el médico del corazón y la mente de las personas. Conoce que el mal, está presente en las estructuras sociales, políticas, culturales, religiosas. También está presente en las personas, las domina, las oprime, las derrota, las enferma. Él se preocupa de las mujeres ancianas y enfermas.

La suegra de Pedro, es el símbolo de aquellos que se sienten marginados por la enfermedad, el dolor y el sufrimiento. Él se acerca, la tomó de la mano y la levantó (Mc 1,30). ¡Qué actitud y gesto de nobleza de Jesús para con nosotros!

Ésta es nuestra misión como Iglesia, como creyentes: acercarnos a los que sufren, visitar a los enfermos. Tocarlos con la alegría que brota del que cree en Jesús. Ayudarlos a levantar el ánimo. Tú hermano, a, serás sano por el poder de Jesús, porque Él te ama y quiere que vuelvas a integrarte en la familia, en la comunidad. La suegra de Pedro, fue sanada y se puso a servirlos. Así también en nuestra comunidad: ¡cuántas personas, que estaban postradas han vuelto a levantarse y comprometerse más en serio con la comunidad cristiana.

Muchos enfermos acudían a él y los sanaba de diversas enfermedades. Hoy nuestra sociedad necesita ser sanada del egoísmo, la indiferencia, de los resentimientos y heridas, producidas por la falta de diálogo, comprensión, afecto, por una palabra mal dicha, por actitudes de prepotencia y de orgullo. Dejémonos sanar por el poder sanador de Jesús. Que él toque lo profundo de tu corazón y de tu vida. Jesús se acerca a las mujeres. Las libera. Excelente enseñanza para nuestra historia cotidiana, el respeto a la dignidad de cada mujer, frente a una sociedad violenta y marginante, Jesús nos enseña el respeto y acoger a la mujer, porque ella es igual que el varón, creados a su imagen y semejanza. Convierte a la suegra de Pedro en misionera y servidora. Muchos ejemplos de mujeres religiosas y laicas en la Iglesia, comparten la misión de Jesús en el cuidado de niños, niñas, enfermos, en la educación y formación de jóvenes.

¿Cómo tratamos a la mujer en el hogar, en la Iglesia, en la sociedad, como hija, esposa, madre, misionera y discípula de Jesús?

Fr. Héctor Herrera O.P.

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