Sábado 28 de noviembre de 2020. Semana 34 T.O.
Catalina Labouré (1876)
Ap 22, 1-7 Sus siervos lo adorarán
Salmo 94:
Lc 21, 34-36: Estén siempre despiertos
Hemos llegado al final del año litúrgico. Jesús es el Señor de nuestra vida y de nuestra historia. Cada uno, cada comunidad cristiana tenemos que examinarnos en serio cómo estamos construyendo el reino de Dios con nuestra cercanía a las personas. Sabemos tendernos la mano el uno al otro en las alegrías y tristezas, sabemos enjugar las lágrimas de aquel que no tiene esperanza o de aquel que lucha por su dignidad como persona.
El mundo de hoy puede estar embriagado por el poder, el vicio, la trata de personas, el sicariato, la indiferencia e indolencia frente a la falta del respeto por la vida, otros pueden estar embriagados por el poder sin hacer nada para dar la seguridad de la población.
Jesús nos dice: “Estén despiertos” (Lc. 21,36). Mírense en su propio interior, en su corazón, en sus actitudes. Miren que está pasando a su alrededor y hagan algo para que el pecado de la corrupción no continúe. Esto comienza con una cultura ética transparente desde el hogar.
“Oren incesantemente” (v.36). Comunícate con Dios. Ábrele tu corazón. Cierra tu puerta que quiere decir examínate, déjate amar, escucha a Dios en su palabra. Hazte amigo, a de Dios, dejándote transformar por Él. Él es el alfarero, tú y yo somos la arcilla en sus manos. Dejémonos modelar por Él para ser personas nuevas en el hogar, en el trabajo, en la sociedad.
Vigilancia, oración, fe y esperanza son los desafíos de cada día para todos los seguidores de Jesús.
(+) Fr. Héctor Herrera op.